Baterías y Aplicaciones S.L.

VENTAJAS DE LAS BATERIAS PRECARGADAS EN SECO

Existen dos clases de baterías de arranque de plomo ácido abiertas para arranque de motores: las húmedas o cargadas de electrolito, popularmente, ácido, y las precargadas en seco. Las primeras son las más corrientes, y las que usualmente se encuentran en tiendas de repuestos.

Las baterías húmedas se rellenan de ácido sulfúrico diluido en fábrica como último paso de su producción. A continuación, reciben una carga eléctrica llamada de formación. Y ya están listas para su venta. En ese instante la batería empieza a descargarse, porque el ácido ha comenzado a actuar sobre las placas de plomo. Por tanto, ha comenzado su oxidación, y envejecimiento.

En estas circunstancias, si la temperatura no sube de 22ºC, y la humedad permanece por debajo del 60%, el plazo máximo durante el que se mantiene la carga suficiente para arrancar dos veces el motor que le corresponda, es de 5 meses desde su fabricación.

Si antes de ese plazo la batería no se ha vendido, debe ser recargada. Este tipo de baterías sufren muy mal esta clase de descarga lenta. La batería puede recargarse, pero no recupera la vida, ni la capacidad de arranque perdidas. Almacenar esta clase de baterías es muy problemático.

Cuando se compra una batería de este tipo, nunca se sabe las veces que han tenido que recargarla previamente, ni si esa recarga ha sido correcta.

Adicionalmente su transporte también resulta incómodo ya que no se pueden inclinar, y los bornes poseen potencial, por lo que cualquier descuido podría producir un cortocircuito.

Las baterías precargadas en seco NO se llenan de ácido en la fábrica, sino que se someten a un proceso por el que la carga permanece potencialmente en las placas. Y se venden vacías de ácido. El que pueda realizarse este proceso implica una mayor calidad del plomo.

Esto supone que el almacenaje puede ser indefinido sin perder prestación alguna, y sin que el ácido haya corroído las placas de plomo. Como es de suponer, tanto por la calidad de la batería, como por el proceso especial, el coste es mayor. Trasladar estas baterías tampoco implica dificultades. Ya que pueden volcarse sin salida de ácido, pues están vacías.

Al cliente se le envía el ácido separadamente, con las correspondientes instrucciones de llenado, siendo él, quien active la batería, con total control de la situación de la misma, y del instante que comienza su vida.

A los 15 minutos de poner el ácido, la batería da suficiente potencia como para arrancar un motor. Aunque a continuación necesita completar la carga. Si excepcionalmente no diera voltaje, tan sólo hay que cargarla con un cargador

 Revisado en Madrid, a 8 de junio de 2023